Pan de quinoa sin harina casero

Receta ↓ Ángela Solar

Este pan de quinoa sin harina es una delicia, esponjoso y lleno de sabor. Hecho con ingredientes sencillos, este pan está cargado de proteínas y fibra, ¡y es perfecto para acompañar cualquier comida!

Los imprescindibles de la cocina

¡Manos a la obra con este pan de quinoa sin harina que es pura magia! Para empezar, necesitas unos cuantos ingredientes que son el alma de la receta.

• Quinoa – Ya sea blanca, roja o negra, cada una te va a sorprender con su encanto. Eso sí, no te olvides de darle un buen enjuague para quitarle la saponina, ¡no queremos sabores extraños en nuestro pan!
• Levadura – El ingrediente secreto para que el pan suba y nos regale esa esponjosidad de ensueño. ¡Es como la varita mágica en nuestra cocina!
• Huevos – Son los que hacen que todo se pegue y no se desmorone. Pero oye, si eres más de opciones veganas, un 'chia egg' o linaza molida con agua te salvarán el día.

Preparación de la quinoa: ¡El secreto está en su elaboración!

La base de nuestro pan sin harina, clave para obtener un pan esponjoso y delicioso, es su preparación. Te voy a contar un secretillo: al descubrir cómo preparar la quinoa perfectamente, mi pan de quinoa cambió radicalmente.

1. Remoja y cuece la quinoa: Sí, lo sé, puede parecer una tontería, pero confía en mí. El remojo es fundamental para quitarle la saponina a la quinoa y evitar así ese sabor amargo que a veces puede acompañarla. Después de remojarla durante al menos 30 minutos, cocínala en agua hirviendo durante 15-20 minutos, o hasta que veas que los pequeños "globo" blancos salen de los granos. ¡Eso significa que está lista!

2. Enfría y tritura la quinoa cocida: Una vez cocida, déjala enfriar completamente. Es crucial añadir los ingredientes con la quinoa caliente para que la levadura funcione correctamente. Cuando esté fría, tritúrala en un procesador de alimentos o en una licuadora hasta obtener una pasta fina. ¡Esto hará que nuestro pan quede más esponjoso y ligero!

¡Manos en la masa!

Con la quinoa ya en su punto, es el momento de unir fuerzas con los demás ingredientes. Imagina que estás creando la base de un tesoro culinario, ¡porque eso es exactamente lo que haces!

• Integra los huevos – Rompe los huevos y viértelos sobre la quinoa, mezcla con entusiasmo hasta que se fundan en una armonía perfecta. Quieres que cada grano se abrace con el huevo, creando una mezcla homogénea y prometedora.
• Levadura, la chispa de la vida – Espolvorea la levadura como si fuera polvo de hadas sobre la mezcla. Con movimientos suaves y precisos, distribúyela bien para lograr la esponjosidad que tanto deseamos.
• Los ingredientes secos entran en escena – Ahora, con paciencia y amor, añade poco a poco los ingredientes secos. Remueve con dedicación, evitando los grumos, hasta que la masa adquiera una consistencia suave y uniforme. Si sientes que la mezcla está demasiado densa, no dudes en ajustar con un toque más de líquido; tu intuición es clave en este paso.

En la recta final para disfrutar de nuestro delicioso pan sin harina, precalienta el horno a 180°C (350°F) mientras preparas un molde engrasado con aceite o mantequilla.

Vierte la masa en el molde con cuidado y alisa la superficie con una espátula para que quede bien uniforme. Recuerda que yo siempre uso un molde de silicona para evitar que el pan se pegue, ¡es una maravilla!

Hornea el pan durante 40-45 minutos, o hasta que esté dorado y crujiente por fuera y al insertar un palillo en el centro, éste salga limpio. Mientras se hornea, no puedo evitar sentir el delicioso aroma que inunda mi cocina, ¡me transporta directamente a mi infancia!

Deja enfriar el pan en el molde durante 10 minutos antes de desmoldarlo y dejarlo enfriar completamente sobre una rejilla. ¡Ya solo queda disfrutarlo!