Ensalada de lentejas y quinoa
¡Anímate a probar la ensalada de lentejas y quinoa! Una receta que te sorprenderá por su sencillez y el explosivo sabor que ofrece. Perfecta para quienes buscan un plato saludable, esta ensalada es la combinación ideal de nutrición y placer.
¿Quieres algo ligero pero que te deje satisfecho? Esta ensalada es la solución. Y si te apetece, combínala con un estofado de lentejas para redondear tu comida o disfrútala como plato único.
Y para los que no pueden vivir sin verduras, os traigo una propuesta: el puré de coliflor, una receta que os encantará y que es el acompañante perfecto para nuestra ensalada estrella.
Los ingredientes esenciales
¡Aquí tienes todo lo que necesitas para que tu ensalada de lentejas y quinoa sea un éxito rotundo!
- Lentejas – Opta por lentejas que no requieran remojo, así te ahorras tiempo y esfuerzo. Yo siempre elijo las pardinas por su textura y rapidez al cocinar.
- La – Asegúrate de que sea orgánica para un sabor más auténtico. ¡Lavarla bien es clave para eliminar la saponina y que quede perfecta!
- Verduras frescas – Puedes usar tus favoritas, pero yo no puedo vivir sin el crujiente de los pimientos y la dulzura de los tomates cherry. ¡Son el alma de la ensalada!
- Aderezo – Un buen aderezo es vital. Mezcla aceite de oliva virgen extra, vinagre balsámico, mostaza y un toque de miel para una explosión de sabor.
¡Vamos a empezar con la base de nuestra, la quinoa! Es una de mis proteínas vegetales favoritas, ya que es rica en nutrientes y tiene un sabor delicioso.
Primero, enjuaga bajo el grifo para eliminar la saponina, una sustancia natural que puede darle un sabor amargo. Asegúrate de enjuagarla bien, ya que esto hará que tu cereal quede perfecto.
Una vez enjuagada, coloca en una cazuela y añade el doble de agua que de este ingrediente. Por ejemplo, si usas una taza, necesitarás dos tazas de agua. Lleva la cazuela a ebullición y luego reduce el fuego a medio-bajo.
Deja que se cocine durante 15-20 minutos, o hasta que el agua se haya absorbido completamente y los granos estén tiernos y esponjosos. Recuerda removerla de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo de la cazuela.
Cuando la quinoa esté lista, escúrrela y enfríala bajo el grifo para detener la cocción. Después, resérvala en un recipiente para usarla más tarde en la ensalada.
¡Vamos a cocerlas, un paso fundamental para nuestra deliciosa ensalada! Si eres como yo y siempre tienes prisa, te recomiendo usar variedades que no requieren remojo previo. Pero si tienes tiempo, el remojo durante la noche hará que se cocinen más rápido y queden más tiernas.
Una vez listas, colócalas en una olla y cúbre con agua fría. Suelo usar el doble de agua que de ellas, aunque dependerá de tu preferencia en cuanto a la textura final. Lleva la olla a ebullición y, una vez que hierva, reduce el fuego a medio-bajo y deja cocinar las lentejas durante 20-30 minutos, o hasta que estén tiernas al punto que desees.
Recuerda probarlas a menudo para evitar que se pasen de cocción. Cuando estén listas, escúrrelas y enfríalas bajo el grifo para detener la cocción. Resérvalas para más tarde y prepárate para darle vida.
¡Vamos a darle vida a nuestra con un aderezo delicioso y lleno de sabor! Este es fácil de preparar y le aportará un toque especial que hará que quieras repetir.
Para comenzar, mezclaremos todos los ingredientes en un bol. Yo suelo usar aceite de oliva virgen extra, vinagre balsámico, mostaza y un toque de miel para darle un sabor dulce y equilibrado. Si prefieres un aderezo más ligero, sustituye la miel por zumo de limón.
Una vez que tengamos todos los ingredientes en el bol, emulsificaremos hasta obtener una textura suave y cremosa. Si no tienes un emulsionador, no te preocupes, puedes usar un batidor de mano o simplemente agitar el bol con fuerza.
¡Y ya está! Tenemos nuestro aderezo listo para darle sabor. Pero antes de añadirlo, recuerda probarlo y ajustar los condimentos a tu gusto. A mí me encanta añadir un poco más de mostaza para darle un toque picante.
Montaje de la ensalada: ¡La parte más divertida!
Ahora que ya tenemos todos los ingredientes listos, ¡vamos a montar nuestra deliciosa ensalada de lentejas y quinoa!
En un bol grande, mezcla la quinoa ya cocida y enfriada con las lentejas tiernas. A mí me encanta esta combinación, ya que aporta un toque crujiente y las lentejas una textura suave y nutritiva.
A continuación, añade tus verduras favoritas. Como ya he mencionado, yo soy fan del crujiente de los pimientos y la dulzura de los tomates cherry, ¡pero tú puedes usar las que más te gusten!
Una vez que hayas mezclado todos los ingredientes, es hora de añadir el aderezo que hemos preparado con tanto cariño. Mezcla suavemente para que todos los sabores se integren a la perfección.
¡Consejo! Si te gusta que tu ensalada tenga un toque más jugoso, no dudes en añadir un poco más o incluso un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
Receta
Ensalada de lentejas y quinoa
Tiempo de preparación: 30 minutos
Una ensalada nutritiva y deliciosa, perfecta para una comida ligera y equilibrada.
Ingredientes
- 200 g de lentejas pardinas
- 1 taza (185 g) de quinoa
- 1 pimiento rojo picado
- 15 tomates cherry cortados por la mitad
- 1 cucharada (15 ml) de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada (15 ml) de vinagre balsámico
- 1 cucharadita (5 ml) de mostaza
- 1 cucharadita (5 ml) de miel
- Sal y pimienta al gusto
Instrucciones paso a paso
- Comienza lavando la quinoa bajo el grifo y cocinándola según las instrucciones del paquete. Una vez cocida, enfría y reserva.
- Mientras tanto, cocina en agua hirviendo con sal durante 15-20 minutos o hasta que estén tiernas. Escurre y deja enfriar.
- Para preparar el aderezo, mezcla el aceite de oliva, vinagre balsámico, mostaza y miel en un tazón pequeño. Emulsiona hasta obtener una textura suave.
- En un bol grande, combina la quinoa, las lentejas, el pimiento rojo y los tomates cherry.
- Añade y mezcla suavemente hasta que todos los ingredientes estén bien cubiertos.
- Sazona con sal y pimienta al gusto antes de servir.
Notas:
- Puedes agregar más verduras a tu gusto, como cebolla roja, rúcula o espinacas.
- Se mantiene bien en la nevera durante 3-4 días, por lo que es ideal para prepararla con anticipación.
- Si prefieres una versión más cremosa, puedes agregar un poco de yogur natural a tu aderezo.